El frio no impidió que los tambores se juntaran esta tarde de domingo en la ciudad de Fray Bentos. Mate en mano, gorra, bufanda, familias, niños; el encuentro con amigos y el calor humano, motivaron a las personas a juntarse en calle España y Beaulieu. Desde la tarde, la rica tradición afro uruguaya de los tambores, empezaba a sonar y el frio no era un obstáculo frente al calor y las ganas del encuentro. A medida que la tarde caía, calle España se iluminaba proyectando la danza de las bailarinas y bailarines y los asistentes comenzaban a moverse al ritmo del tambor. Se respiraba barrio, cultura ancestral, pueblo y el candombe que visiblemente resonaba en el corazón de los que participaban. Conversaciones, risas y la comunidad resistiendo a la monotonía de la costumbre del domingo caminaban en llamadas en dirección al Club Bilbao que recibió a la llamada como tradicionalmente lo hizo durante muchos años. “Los tambores transmiten la buena nueva, los invasores no son inmortales”, decía Galeano.
