Ana María Darré, abuela de Manuel Ugarte, se ha convertido en un símbolo de apoyo incondicional para el mediocampista de la selección uruguaya y del Manchester. Desde los primeros pasos de su nieto en el baby fútbol hasta sus actuaciones recientes en la élite del fútbol mundial, Ana María ha seguido cada partido con la misma pasión. “Yo dejé de ser Ana María para ser la abuela de Manuel Ugarte, y eso es impresionante, es lindo, me llena de orgullo”, comenta.
Ana María recuerda cómo acompañó a Manuel y a su hermano Hernán cada fin de semana, en los días en que jugaban baby fútbol en Shangrilá. Aunque vivía en el centro de Montevideo, no dudaba en trasladarse hasta San José de Carrasco para estar junto a sus nietos. “Iba los sábados o los domingos con Manuel, y cuando le tocaba a Hernán, también iba. Jugaron prácticamente juntos porque son de categorías seguidas.
Cuando se le pregunta si imaginaba que Manuel llegaría a convertirse en un jugador profesional, la abuela responde que no. “Él estaba en bachillerato y pensaba estudiar economía, pero entre las prácticas y los partidos, un día me dijo: ‘Sabés qué, abuela, yo no voy a poder seguir estudiando porque no me dan los tiempos’. Entonces le dije: ‘Manuel, sos vos el que tenés que decidir’”, recuerda Ana María sobre el momento en que su nieto tomó la decisión de dejar los estudios para dedicarse al fútbol.
Ana María ha estado presente en muchos de los momentos importantes de la carrera de Ugarte. Recuerda especialmente el partido de Fénix contra Nacional que terminó cuatro a cuatro, y su primer gol en Racing, otro momento que guarda con gran cariño. “Ese partido contra Nacional fue tremendo, hacerle cuatro goles a Nacional… ¿sabés lo que era? Además, yo soy hincha de Nacional”, comenta, entre risas. También destaca el primer gol de su nieto en la sub-23, en un preolímpico en Colombia, cuando anotó contra Brasil.
El reciente gol de Manuel contra Colombia fue para Ana María otro momento inolvidable. “Yo me di cuenta enseguida que era él”, asegura con emoción. “Son movimientos que él hace, porque a veces tira y no le sale, pero esta vez vi cómo se movía, derechito, y le cayó la pelota a los pies. Fue la máxima emoción”. A pesar de su entusiasmo, reconoce que no puede gritar tanto como quisiera: “Soy afónica, parece que grité gol toda la noche, pero no”.
Ana María revela que tiene un vínculo cercano y constante con Manuel, especialmente en cada partido que le va comentando las jugadas. “Termina el partido y enseguida me contesta, me pregunta cómo viví el penal o el gol. Es como un hilo que nos une”. Tras el gol contra Colombia, Ana María le escribió: “Fray Bentos es una locura, Manuel, te lo merecés”. Él respondió con cariño: “Vamos arriba, abuela”.
Hoy, Ana María siente el orgullo de ser conocida no solo por su nombre, sino como la abuela de Manuel Ugarte, una figura que sigue creciendo en el fútbol internacional. “Es algo muy fuerte, lo tengo acá, muy fuerte, en serio”, concluye, expresando lo que significa para ella ver a su nieto triunfar.