Fiorella Batista, activista y miembro de un grupo de protección animal, compartió su preocupación por la creciente necesidad de castraciones y la falta de recursos para llevar a cabo estas intervenciones. «Hace como dos meses que cancelaron de nuevo porque el INBA envía partidas de dinero para una cierta cantidad de castraciones que ya se alcanzaron.
“La burocracia y las demoras son grandes para re instalar este programa gratuito y hay animales que ya necesitamos castrar», afirmó Batista, enfatizando la urgencia de la situación.
El grupo al que pertenece Batista se enfrenta a un déficit financiero, Estamos gastando más de lo que recibimos por mes. Estamos cobrando alrededor de $30,000 y gastamos prácticamente el doble», explicó. Para solventar esta diferencia, el grupo planea una nueva campaña de socios colaboradores y volver con venta de pizzas y posiblemente una rifa.
Además de los problemas financieros, Batista también abordó la falta de sensibilidad de algunas personas hacia el bienestar animal. «Hemos tenido que hacer publicaciones fuertes porque la gente denuncia y no pasa nada. Hay animales atados al sol, sin agua, y hemos llegado a comprar collares y cuchas para ayudar, pero a veces los venden», lamentó.
La activista hizo un llamado a las autoridades para que actúen con más firmeza en estos casos. «Creemos que tiene que actuar alguien más. La policía va y habla con la persona, pero no hay consecuencias. El INBA debería aplicar las multas económicas que están en la ley para que la gente pare el maltrato», concluyó Batista, destacando la necesidad de una mayor concienciación y acción en la protección de los animales.