Un niño de tan solo 12 años está marcando la diferencia en el mundo de la barbería. Franko Pereyra un apasionado de este arte, ha comenzado a tomar clases en Chill Studio, para convertirse en barbero, un sueño que lo ha acompañado desde que tenía 10 años.

«Me interesé por la barbería al ver muchos videos sobre el tema», cuenta Franko con entusiasmo.  “Yo quería venir a clases cuando tenía 10 años pero mamá no me dejo porque era muy chico, pero ahora sí porque tengo 12”

Asiste a clases los martes y miércoles, donde actualmente se está familiarizando con cortes clásicos y técnicas de tijera, que considera son las más desafiantes.

Franko no solo se dedica a aprender barbería; también está comprometido con sus estudios en la UTU, donde busca equilibrar su pasión por el corte de cabello con su educación. «Siempre quiero seguir estudiando y no dejar el estudio», afirma con determinación.

Con una visión clara de su futuro, Franko aspira a ser un barbero profesional. «Me gustaría seguir en esta línea y aprender más», dice, mientras comparte su entusiasmo por los estilos de corte que están de moda.

Es clave destacar el apoyo incondicional de su familia, que acompaña a Franko en el camino de cumplir su sueño. También es fundamental el respaldo de la barbería Chill Studio, que le abrió las puertas y le brinda la oportunidad de formarse como barbero desde tan joven.