En un emotivo acto celebrado durante el Segundo Encuentro Binacional de Derechos Humanos relacionado al Plan Cóndor, Ana Careaga, hija de Esther Balestrino, expresó su profunda conmoción al honrar la memoria de su madre. Esther Balestrino ha sido identificada como la quinta persona del departamento de Río Negro que integra la lista de detenidos desaparecidos a causa de la represión.
Desde el lugar natal de su madre, Careaga compartió la historia de Esther, nacida en Uruguay de madre paraguaya y padre uruguayo. Destacó su «impronta latinoamericanista» y su compromiso vital, siendo «siempre solidaria para los más necesitados y los más excluidos», y luchando por la construcción de una sociedad más justa en América Latina.
Esther Balestrino se unió a las Madres de Plaza de Mayo, inicialmente buscando a su cuñado, Manuel Carlos Cuevas, y luego a su propia hija, Ana, quien fue secuestrada a los 16 años, y llevada a un centro clandestino de detención. «Yo fui liberada casi cuatro meses después», relató Careaga, quien se exilió en Suecia bajo la protección del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
Lamentablemente, Esther Balestrino fue víctima del Plan Cóndor, calificado por su hija como «una verdadera internacional del terror». Fue secuestrada junto a otras dos Madres de Plaza de Mayo y dos religiosas francesas, para luego ser arrojada al mar en los tristemente célebres «vuelos de la muerte», una «solución final» para deshacerse de los cuerpos de las víctimas, de la que los represores se jactaban.
Ana Careaga enfatizó la importancia ineludible de la memoria frente a quienes proponen «dar vuelta la página». Subrayó que «lo que estamos atravesando hoy en la Argentina está absolutamente ligado con lo que fue la auto denominado Proceso de Reorganización Nacional». Vinculó el terror sembrado durante la dictadura a la implementación de modelos económicos que propiciaron la concentración económica y el avasallamiento de derechos, una realidad que, según ella, se profundiza en el presente. «Los hechos del pasado no son aislados, sino que tienen efectos en el presente permanente», concluyó, destacando que la lucha por «memoria, verdad y justicia, y también por la construcción de una sociedad más justa» es lo que los sostiene.
































