La práctica de Pilates ha experimentado un notable crecimiento en la ciudad, ofreciendo una amplia gama de opciones para quienes participan de esta disciplina. El Pilates es una forma de gimnasia consciente que mejora la sensibilidad corporal y la eficiencia del movimiento. Lucía Quiroga es instructora y nos comparte su experiencia y detalles sobre esta técnica. En 2018, se formó como instructora de Pilates en el curso “Pilates matwork y fisiobalones” en el Instituto “Personal Pilates” en Montevideo. Desde entonces, ha impartido clases a adolescentes y adultos en diversos lugares de Fray Bentos, incluyendo el Club Atlético La Uva, la Comparsa Samburú Morán, domicilios particulares, plataformas online durante la pandemia, espacios al aire libre como la Rambla costanera, EZ studio, Urbano Gym y actualmente en el CFU (Centro Funcional Unión).
Comenzó entre 2016 y 2017 participando en talleres municipales de Pilates en el Centro de Barrio 2000, bajo la guía de la profesora Jenny Lapaz. Esas clases la motivaron a seguir practicando la disciplina para desarrollar la técnica, lo cual resultó desafiante y placentero, especialmente “al notar mejoras en la respiración y la postura diaria”. Además, “compartí experiencias con compañeras en otros centros, como el Centro de Barrio 2009, Centro de Barrio Las Canteras y la sede del club Atlético la Uva” cuenta Lucia.
Lucia relata los innumerables beneficios de la práctica de pilates: “tonificación muscular y prevención de lesiones, mejora de la postura y aumento de la flexibilidad, reducción del estrés mediante movimientos conscientes y técnicas de respiración, desarrollo de la musculatura interna y mantenimiento de la columna vertebral, incremento de la capacidad pulmonar y mejora de la circulación, alineación corporal y moldeado del cuerpo y ayuda en la recuperación de lesiones óseas y musculares”.
Existen diversas técnicas que incorporan diferentes accesorios y estilos, cuenta Lucia. En su caso, ofrece pilates en colchoneta y fisiobalón, usando también accesorios como cintas elásticas. Además, hay centros que se enfocan en Pilates reformer y otras variantes con balones. “Pienso que está buenísimo que haya diversidad de espacios para compartir esta práctica que promueve el bienestar de la gente, siendo inclusiva a la hora de atender a la diversidad de situaciones corporales” cuenta.
Lo desfaiante de esta disciplina es “guiar de manera personalizada” debido a la “necesidad de instrucciones precisas y observación constante, considerando las particularidades físicas de cada persona”. Es crucial conocer si los practicantes tienen alguna lesión, dolor o afección crónica antes de comenzar. Una ventaja del método Pilates es la posibilidad de adaptar los ejercicios según las necesidades individuales.
La motivación de los practicantes también puede ser un desafío, cuenta Lucia, ya que, al principio, las instrucciones pueden parecer estrictas. Sin embargo, los instructores ayudan a los practicantes a entender que con la práctica se logra desarrollar la técnica correcta. En su caso, “mi experiencia como docente en otro ámbito laboral me ha proporcionado herramientas valiosas para guiar y compartir experiencias con las personas”.
