El pasado 6 de octubre, un accidente de tránsito marcó un antes y un después en la vida de Taña Casco, una joven de Fray Bentos. Tras chocar su moto contra una columna en el camino a Las Cañas, sufrió la amputación de su pierna derecha en el lugar del siniestro. Hoy, más de un mes después, compartió su experiencia en Canal 11 en entevista que se podrá ver este martes en los informativos donde contó sobre su recuperación con la comunidad, reflexionando sobre los desafíos que enfrenta y las lecciones que ha aprendido.
«Es como aprender todo de nuevo».
Taña relata cómo el accidente transformó su rutina diaria y su forma de ver la vida: “Me cambió en todos los sentidos, tanto en lo físico como en lo emocional. Es como volver a aprender todo desde cero: caminar, moverte. Hoy en día dependo de alguien para cosas tan simples como tomar un vaso de agua. Esa independencia que tenía antes ya no está”.
A pesar de las dificultades, también señala cómo este evento la acercó a su familia y seres queridos: “No valoraba la compañía que tenía. Yo era muy independiente, y esto nos hizo unirnos como familia. Hoy agradezco mucho más esas cosas que antes daba por sentadas”. «También a amigos que siempre estaban y que uno a veces piensa que rompe huevos que te escriben por cualquier cosa y preguntan y ahora lo valoras distinto».
El momento del accidente
Sobre el accidente, Taña recuerda con claridad el impacto y los momentos posteriores. “Se me pasó la vida en un segundo. Estaba perdiendo mucha sangre y le dije a mi amigo Luis ‘Ya está’. Pero él nunca se rindió. Incluso con sus ataques de pánico, fue quien reaccionó y me salvó la vida. No tengo palabras para agradecerle eso”.
Además, destacó el apoyo que recibió de quienes estaban presentes: “Había una persona que no se quien es que me hablaba todo el tiempo para que no perdiera el conocimiento. Ese tipo de gestos no se olvidan”.
La recuperación y el presente.
El proceso de recuperación no ha sido fácil. Aunque Taña era consciente desde el principio de la gravedad de su lesión, reconoce que hay momentos difíciles: “A veces me frustro, me duele, y siento ganas de tirar la toalla. Pero siempre me digo que puedo, que esto es solo un paso más”.
El accidente también afectó su vida laboral. Antes, trabajaba activamente en un taller; ahora, sus tareas se limitan a la oficina. “Extraño mucho andar en el taller con los gurises. Era como uno más. Hoy en día es más trabajo de llamadas y oficina, pero es parte de la adaptación”, explica.
A pesar de todo, Taña mantiene su entusiasmo por volver a la actividad física: “Era fanática del gimnasio, y ya tengo previsto volver. Quiero buscar la forma de retomar mi vida cotidiana, de a poco”.
Un mensaje de aprendizaje.
Taña compartió su experiencia en redes sociales para reflexionar sobre su proceso y agradecer el apoyo recibido: “Escribí para reflejar lo que me pasó y mi recuperación. La verdad es que no habría podido sin el apoyo de la gente. Me escribió mucha gente que ni siquiera conozco, y estoy muy agradecida”.
A quienes la leen y escuchan, les deja un mensaje claro: “No se posterguen, vivan el día a día. Todos los días son una nueva oportunidad. Yo tuve otra chance de vivir, y aprendí que lo único que nos llevamos son las experiencias”.
Finalmente, agradeció a quienes han estado con ella durante este proceso: “Principalmente, a mi amigo Luis que me salvó la vida, al personal de Amedrin por su paciencia y a mi familia y amigos, que estuvieron ahí cada día”.